La Virgen del Buen Viaje cumplió su tradicional bendición a la mar de El Cotillo, acompañando a los marineros de la localidad en su procesión marina y terrestre. Gran ambiente en el Muellito, sombreros para pasar un domingo soleado, tiempo en calma y una cierta calima que intensificó ciertamente la sensación de calor…
Nada de eso impidió que miles de personas se dieran cita un año más, para acompañar y honrar a la patrona de la localidad. Es un día en que le gente del pueblo, y también los visitantes, se arreglan un poco más de lo habitual para la ocasión.
Parrandas en cada esquina, las puertas del pueblo abiertas de par en par para convidar a amigos y familiares al tradicional puchero… Las Fiestas de El Cotillo son un punto de encuentro para los majoreros de toda la isla, para los que viven fuera y vuelven en verano, y quienes vienen invitados por los locales.
Se trata de un festejo en sentido amplio. Donde se vive la propia fiesta, pero se celebra también la amistad, el compartir experiencias y vivencias. Las Fiestas de El Cotillo desprenden autenticidad, y seguramente sea eso lo que le gusta a la gente.
Fuerteventura ha cambiado. Ahora hay mucha más gente, y lo que antes eran unas sencillas fiestas de pueblo, ahora son todo un acontecimiento, con intenso programa que cuesta incluso seguir al completo de tanto acto que hay. Y a cada cual más interesante.
Tras dos verbenas, la segunda con más de cinco mil entradas vendidas, el encuentro de jóvenes solistas, la fiesta de día, la procesión, todavía queda una semana completa para disfrutar de estas fiestas que, por fortuna, todavía conservan su autenticidad.