La gente que esta tarde se ha manifestado en El Matorral, evitando en todo momento mencionar cuestiones de raza, etnia o religión, ha mostrado claramente sus sensaciones de inseguridad, reclamando mayor presencia policial, y denunciando el abandono de servicios que contribuyen a este sentimiento, como el alumbrado.
En esta localidad, según el INE, la población no llega a las tres mil personas. Unas trescientas de ellas, y vecinos desplazados también desde otros barrios y municipios, salieron a la calle, con pancartas que en su mayoría hacían alusión a la protección de la infancia.
Una madre relataba este mismo sábado, 18 de enero, que antes su hija adolescente volvía sola a las diez de la noche. Ahora tiene miedo, y se acerca a a acompañarla de vuelta. Le contaba a los compañeros de Dunas FM que hay muchos hombres en la calle, y que le dicen cosas a las chicas.
Evidentemente, esta y otras manifestaciones similares se refieren a los centros de migrantes, que acogen temporalmente a las personas que llegan en patera. En su mayoría, son hombres, y en esta localidad no están acogidos en un solo centro, sino en varios pisos que gestionan entidades de índole humanitaria por concesión pública.
Las últimas noticias son que la administración del Estado tiene previsto habilitar un CAED, en el mismo CIE actualmente abandonado. Así se llaman estos centros, y lo explicamos hace poco en otro artículo.
Este CAED (Centro de Atención, Emergencia y Derivación), que depende del Ministerio de Migraciones, tendría 300 plazas, aproximadamente las mismas que en estos momentos se distribuyen entre los pisos de El Matorral. Eso sí, estaría más apartado de la población.
Lo llamativo de esta situación es que en estos espacios de acogida, tanto en los pisos como en el futuro centro, la estancia no es permanente. Los usuarios de este servicio de “acogida de emergencia”, están aquí durante un mes, o mes y medio, y luego son derivados.
Es decir, que a diferencia del presunto homicida de Corralejo, que como dijo la propia Guardia Civil, tenía numerosos antecedentes de carácter violento, en El Matorral, la inseguridad que siente la población la pueden estar generando hombres distintos cada vez.
El detonante de aquella fue el homicidio de un joven turista danés. En esta, se produjo también un apuñalamiento entre dos extranjeros, pero fue hace meses.
Sinceramente, cuesta creer que exista un sentimiento de rechazo a los extranjeros en Fuerteventura, una isla que ha crecido en las últimas décadas con la llegada de personas de otros de lugares, de otras islas, del propio país y del mundo entero.
En una isla donde una tercera parte de la población es de otro país -en La Oliva, está en torno a la mitad- parece imposible que no queramos a quienes vienen de fuera. En un lugar donde el principal partido que enarbola la bandera antiinmigración tiene un solo representante, no puede haber racismo o xenofobia…
Pero está ocurriendo. La gente está saliendo a la calle, y aunque todavía no son manifestaciones masivas, como fueron en su día las protestas por la sanidad o el modelo turístico, se seguirán produciendo.
Este medio, a día de hoy, desconoce si existe una masa crítica de delincuentes habituales en El Matorral. O en Costa Calma, o en Morro Jable, o en Gran Tarajal, donde probablemente habrá también manifestaciones tarde o temprano.
Pero sí hay que decir que no solo son las voces de algunos vecinos, o de ciertas figuras interesadas que, desgraciadamente, promueven primero y se presentan después en las protestas de este tipo, y no para manifestar una legítima preocupación ciudadana, sino para echar leña al fuego y vomitar su discurso de siempre.
Lo cierto, es que también hablan de esa inseguridad en Fuerteventura policías, trabajadores de la noche, el personal de centros sanitarios… Y sea percepción, realidad, o un poco de las dos cosas, es un tema que está en la calle, y que desde Fuerteventura Digital nos comprometemos a analizando, en profundidad y con el máximo rigor posible.
