29 ediciones en la Feria Insular de Artesanía son las que cumple Pau Valverde, artesano de Tiscamanita (Tuineje). Su marca Tierraroja es ya un referente de la manufactura majorera, cerámicas que surgen de las entrañas de Fuerteventura, y que esculpe con sus manos para transformar la tierra en auténticas piezas de arte.
Pau Valverde habla con pasión de su materia prima, cuando explica que “Fuerteventura, al ser la isla más antigua, junto con Lanzarote, es extensa y llana, y ha permitido que durante millones de años se produzca un montón de barro, de arcilla. Somos una isla privilegiada, con un montón de arcillas de colores que vemos por todos lados, y que nos permiten decorar la cerámica y que le dan tanta personalidad al trabajo”.
La de Pau Valverde es una cerámica creativa, “basada en la tradición de los mahos, pero también con influencias africanas y de todo el mundo”. Pau llegó a Fuerteventura en 1993, tras varias etapas en Madrid, Barcelona y Nicaragua. “Ya soy majorero”, dice. Y recuerda sus etapa de cinco años en latinoamérica, “donde aprendí, y también pude enseñar. O la cerámica japonesa, que para mí fue una influencia muy grande. Hoy en día aplico cosas que aprendí en su momento por el mundo”.
No en vano, las piezas más apreciadas por los clientes de Valverde son el tallín del norte africano, el nudú, instrumento de percusión de Nigeria, y por supuesto los saleros con Sal de Espuma majorera, que tanto se llevan los turistas.
Atiende a Fuerteventura Digital en la 35ª edición de la feria, donde entrega a sus clientes los encargos que la han venido haciendo en los meses previos. Y también “para toda esa gente “que viene a vivir a la isla y que quiere decorar sus casas, la feria es un escaparate perfecto”.
Además de un espacio de encuentro, “con las personas que elaboramos artesanías. Este año tenemos el privilegio de tener a gente de La Graciosa. Es un gusto,una alegría y un privilegio poder estar aquí”.
Aunque también confiesa que el hecho de utilizar el material de la tierra es por “una cuestión de lógica, para abaratar costes”. “Aprovechar los materiales del entorno, porque importar sería imposible, para poder competir en un mercado globalizado”, frente a todas las manufacturas que “se importan importan básicamente de China, pero también de Marruecos o de Sudamérica”.
De hecho, aun con toda su variedad y singularidad, la tierra majorera también ofrece dificultades a causa de la cal. Al final, “a nivel creativo te obliga a desarrollar más tu creatividad, a investigar, probar cosas nuevas”.
Pau Valverde se dedica a la artesanía “por vocación, es mi pasión". E incluso “una terapia ocupacional. Donde mejor estoy es en el taller, trabajando”. Se siente por tanto “privilegiado”, y es un firme defensor de la economía circular: “Hay que vivir con lo que tienes en tu entorno”.